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18 de Septiembre
Todas debemos estar pendientes de la salud de nuestras mamas y examinarnos con frecuencia para evitar posibles enfermedades futuras. Tú misma eres la principal encargada de prevenir un cáncer de mama. Para esto es esencial practicarse el autoexamen con mucha frecuencia, pero además hay algunos exámenes complementarios como la mamografía, que te muestran de una manera más profunda el estado de tus senos y cuáles podrían ser algunos signos de alerta.
Es un examen que se realiza en los senos por medio de rayos x, el propósito es mantener un control constante que permita detectar a tiempo las anomalías y prevenir el cáncer de mama antes de que empiece a causar síntomas. Mediante una mamografía se pueden detectar masas extrañas en los senos incluso 3 años antes de que estas se puedan sentir cuando te tocas.
Hay algunos mitos rondando sobre la radiación que pueden cargar los espacios donde se realizan las mamografías, pero realmente esta es mínima a comparación de otras prácticas de rayos x como la de tórax, así que esta no significa un perjuicio para tu salud, sino que más bien te brindará el cuidado y la prevención necesaria.
Guiada y atendida por un profesional, te pararás frente a una máquina de rayos x con los senos expuestos y pondrás la mama sobre una placa y otra la presionara por arriba. Tendrás que estar muy quieta mientras se toma la radiografía para que los resultados sean lo más claros posibles.
Debes tener claro que una mamografía no cura el cáncer de mama, pero si la realizas a tiempo, si puede prevenirlo para que sea tratado lo más rápido posible impidiendo que avance.
Para obtener una buena imagen es necesario aplanar el seno lo máximo posible, pero solo durante unos segundos, por eso debes ir preparada para experimentar sensaciones que inicialmente te pueden parecer extrañas, pero indoloras.
Sí, todas las mujeres, incluso aquellas que no tienen antecedentes familiares de cáncer de seno o alteraciones genéticas, deben realizarse mamografías.
La población femenina tiene al menos un riesgo promedio de sufrir cáncer de mama, por lo que es indispensable realizarse no solo el autoexamen, que se practica palpando la zona incluso desde el cuello, hasta las axilas; si no que también es esencial asistir a mamografías y ecografías periódicas.
A menos que tengas un riesgo particular como familiares que ya tuvieron cáncer de mama o condiciones específicas explicadas por tu médico, la edad ideal para iniciar mamografías ronda entre los 40 y 50 años. Se debe tener en cuenta que estas edades pueden variar de acuerdo a lo recomendado por un especialista, y así mismo practicarlas hasta los 75 años, pues no se ha demostrado que sea provechoso practicarlas después de esta edad.
Las mujeres más jóvenes, de 30 años o menos, no deben acudir de una manera tan regular a hacerse el examen, a menos de que presente molestias y el médico se lo recomiende. Lo que sí es necesario es tocarse los senos con regularidad para aprender a detectar su textura y forma usual, así notarás con más facilidad cuando haya cambios significativos que consideres indicios de riesgo. Recuerda que los signos de alarma no son solo los bultos, también puedes presentar texturas en la piel, enrojecimientos, pezón hundido o cambios de color en el pezón.
Lo recomendable en mujeres sanas que no tengan antecedentes ni herencia de tumores malignos que puedan conducir al cáncer de mama, es que la mamografía se realice cada 1 o 2 años.
Si una anomalía se detecta en las etapas iniciales hay mayor probabilidad de que se pueda extirpar el tumor sin necesidad de extirpar toda la mama.
Ambos son exámenes complementarios que ayudan a detectar y prevenir el cáncer de mama. La diferencia principal radica en que la mamografía aplica un examen de rayos x, mientras que la ecografía se realiza por medio de un ultra sonido que detecta cambios y alteraciones en la estructura de la mama.
Así que, la primera podría mostrar de una manera más fidedigna una imagen interna del seno y sus posibles anormalidades, mientras que la segunda hace un análisis de manera más macro de toda la estructura en cuestión de densidad de los tejidos.
No es recomendable practicarse este examen ni durante el periodo ni en la semana previa a tenerlo, ya que esto provoca hinchazón y ciertas alteraciones en los tejidos. Además, aunque no es un procedimiento incómodo ni doloroso, durante el ciclo menstrual podemos tener los senos más sensibles y podemos tender a sentirnos adoloridas, por lo que te puede generar molestias, así que programa el examen para otra etapa de tu ciclo.
Aunque estos suelen ser exámenes acertados y confiables, siempre cabe la posibilidad de que dentro del tejido mamario se camufle una masa, a esto se le llama falso negativo; o de la misma manera, está la posibilidad de que se muestre algo que aparentemente es un tumor, pero puede ser completamente normal y acorde al tejido de tus senos. Por eso es recomendable que no te alarmes o te despreocupes completamente después de los resultados de una mamografía, porque cabe la posibilidad de errores.
Debes continuar en constante revisión si tienes alguna molestia o sospecha y tener muy en cuenta estas recomendaciones para garantizar el buen estado de tu salud:
Aunque te practiques la mamografía debes estar constantemente realizando el autoexamen y verificando que las sensaciones o sensibilidad que presenten tus senos sean normales y comunes de acuerdo a tu ciclo hormonal.
Es recomendable que el día del examen no utilices desodorante ni perfumes porque esto puede alterar los resultados y hacer que en la imagen aparezcan manchas blancas que limitan la visibilidad.
Es esencial que lleves un registro o recuento de todos los mamogramas que te vayas haciendo, para que así puedas ir notando cómo lucen tus senos por dentro y que después sea más sencillo comparar en caso de encontrar inconsistencias.
Tip: Evita llevar ropa de una pieza como enterizos o vestidos, opta por jeans o prendas de dos piezas para que solo tengas que quitarte las de la parte de arriba.
Después de conocer esta información, recuerda acudir con regularidad a tu médico de confianza y cuidar de tu salud. No temas a estas herramientas valiosas que podrían salvarte la vida.
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