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9 de Noviembre
Socializar con los otros es sabiduría y descubrirte a ti misma es satisfacción personal, por eso establecer una relación con mi ser y hacerse interrogantes como: ¿estoy bien conmigo misma? ¿me conozco? ¿Sé realmente quién soy? y ¿cuáles son mis objetivos? Son unas cuestiones necesarias.
En mi convicción estamos en un vacío interior y tenemos muchas ganas de responder con asertividad lo que somos y estas respuestas se pueden tener cuando:
Se desarrolla al interactuar con los demás.
Implica un proceso de reconocimiento y de valorización de uno mismo.
La posibilidad de hacer frente a los retos.
Saber quien es uno mismo y saber a dónde queremos ir, es la base para encontrar el bienestar; hacemos referencia al estado de ímpetu en que nos encontramos para hacer frente a las diversas adversidades que se nos presentan a lo largo de nuestra existencia.
Para recabar el bienestar emocional procuremos adecuar un equilibrio en todos nuestros aspectos tanto internos (mental, emocional, espiritual) como externos (físico). Es tan solo el hecho de sentirnos bien y disfrutar con nosotros encontrando una tranquilidad inminente en un espacio silencioso y vacio para poder auto-reflexionar en un aspecto importante, que es el desarrollo como persona o como personas.
Además, cuidarte a ti mismo, cuida las relaciones que nos rodean. El compartir tu día a día, tus preocupaciones, tus problemas con personas de confianza o personas que pasaron lo mismo que tú; ayuda a encontrar soluciones y a sentirnos menos solos para afrontarlo.
Saca tus emociones, no tengas miedo, interactúa con tus familiares y amigos; a la vez procuramos dar y recibir apoyo recíproco; realiza las cosas que más te gustan hacer, como ejemplo: Lee un libro, escucha música, baila, canta, interactúa con la naturaleza.
Las emociones no expresadas nunca mueren, son enterradas vivas y salen con el tiempo de peores formas, por eso cuida tu bienestar mental e indaga en tu ser.
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