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9 de Noviembre
¿Has pensado alguna vez que tu panorama se torna más oscuro sin visualizar una salida? Si tu respuesta es afirmativa. ¡Tranquila! No eres la única.
Sin duda, todas hemos experimentado situaciones que nos causan conmoción, ansiedad, confusión y nos llevan al límite de nuestras fuerzas. Incluso podríamos llegar a pensar que todo está mal, pero cuando afrontamos problemas sean de salud, económicos, emocionales o de otro tipo, la vida cotidiana es una prueba.
A esto se suma el desánimo por las expectativas no realizadas. Y en ese preciso momento quisiéramos tirar la toalla. ¡Detente! Respira profundo porque sentirse triste, deprimida o angustiada no tiene nada de malo. Pero si ya es demasiado constante, si te has sentido así por bastante tiempo o has pasado por un mal momento, lo importante es que no te avergüence buscar ayuda.
Muchas personas mejoran con tratamiento médico y con el apoyo, la comprensión y la paciencia de sus familiares y amigos más cercanos. Si de pronto sentirte mal es muy constante, a continuación te comparto algunas sugerencias útiles:
Intenta descansar lo suficiente: Dormir poco y mal dificulta el equilibrio emocional. Expresa tus sentimientos: Habla con un familiar o un amigo de confianza.
Haz lo que más disfrutas: Desde escuchar tu música favorita o practicar algún deporte.
No te aisles, acepta ayuda: Diles a otros qué cosas pueden hacer para ayudarte, posiblemente quieren hacerlo pero no saben cómo.
Piensa que vendrán tiempos mejores. Recuerda que nosotras somos valiosas, únicas y especiales. Y siempre vendrán mejores momentos. Aférrate a lo bueno y ¡no te rindas!
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