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16 de Septiembre
En la vida atravesamos diferentes etapas que implican una serie de transformaciones, y sin duda, la pubertad es una de ellas. No solo se hace evidente el desarrollo físico, sino que también experimentamos cambios a nivel mental y emocional que nos hacen ser diferentes a todas. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando estas transformaciones comienzan a ocurrir en edades más tempranas? Es posible que estés experimentando la pubertad precoz. ¡Lee más y descubre todo lo que necesitas saber para manejarla mejor y transitar de la mano con ella!
Seguro has escuchado a alguna amiga decir: ¡Nadie me entiende! O incluso tú misma lo has sentido, pero no has notado un cambio inmediato; esto es porque las hormonas en nuestro cuerpo van llegando de manera paulatina; pero, ¿cuándo debería llegar la pubertad? Lo común sería que llegara para las niñas entre los 10 y los 14 años, y para los niños, entre los 12 y los 16, pero, como todas somos diferentes, ¡no tiene que suceder así!
Puede suceder que la pubertad llegue de manera adelantada y que todos esos cambios físicos, emocionales y mentales se experimenten incluso desde los 7 u 8 años…¡Sí! Puede sonar extraño, pero así es, y a eso se le llama: Pubertad precoz.
¡Un viaje lleno de hormonas! La pubertad precoz presenta muchos síntomas relacionados con los cambios hormonales, y los primeros y quizá más notorios, son los cambios físicos que pueden incluir:
Crecimiento del vello corporal.
Cambios en la voz.
Maduración de los órganos genitales.
Acné.
Cambios en el olor corporal.
Si tus hijos están manifestando estos signos, ¡prepárate! Es probable que estén llegando a la pubertad y enfrentarán muchísimos cambios más. Es súper importante que estés preparada para proporcionarles toda la información que necesitan.
Lo más común es que la pubertad llegue por desórdenes hormonales que son hereditarios, es decir, si los padres o familiares experimentaron cambios relacionados con la pubertad a edades tempranas, es muy probable que los niños también lo hagan.
Por otro lado, hay algunas causas que sí pueden resultar algo más complejas, pero, ¡nada que no se pueda controlar! Lo importante es asistir donde un especialista que sepa brindar una mejor asesoría:
Cambios o problemas en la estructura cerebral: el cerebro es el encargado de liberar las hormonas que dan paso a los cambios de la pubertad, por lo que, alguna alteración en él podría implicar la segregación temprana de estrógeno (mujeres) o testosterona (hombres) según sea el caso.
Tumores: Hay ciertos tumores que favorecen la segregación de la hormona Gonadotropina Coriónica Humana (GCH) que es la llamada “hormona del embarazo”, lo que genera muchos cambios físicos en el cuerpo.
Tumor del hipotálamo: Un tumor en el hipotálamo podría alterar las señales que le envía al cerebro, derivando en la aparición de la pubertad antes de tiempo.
Anomalías genéticas u hormonales en las zonas genitales: Puede ser causada por tumores en los ovarios, tiroides o exposición a medicamentos hormonales.
Si bien la pubertad precoz implica todo un mundo de nuevas experiencias y cambios, también involucra algunos factores de riesgo a los que hay que ponerles la lupa, porque podrían derivar en problemas futuros:
Baja estatura: El cuerpo está demasiado ocupado desarrollando diferentes partes del cuerpo que están más implicadas con la sexualidad que con el crecimiento, cuando de estatura hablamos; por eso, puede ser que, al cuerpo desarrollarse de manera acelerada, llegué a su punto de desarrollo máximo antes de tiempo, lo que también implica dejar de crecer.
Problemas de comportamiento: Todos los cambios hormonales asociados a esta etapa pueden generar algunas alteraciones en el comportamiento como irritabilidad, cansancio, carga emocional y algunas otras variaciones que, sin duda, se notarán.
Inicio precoz de la actividad sexual: Ya sabemos que la pubertad es todo un mundo de hormonas, por eso, el cuerpo puede llegar a “activarse” sexualmente antes de tiempo, presentando deseo y riesgo de embarazos no deseados a temprana edad.
Estrés y cambios emocionales: A los cambios físicos y hormonales, se le suma el miedo de ver que estamos viviendo cambios que nuestros amigos o cercanos aún no, por lo que la preocupación suele ser común en los niños con pubertad precoz.
Para que logres diferenciar la Pubertad precoz central y pubertad precoz periférica, ¡aquí te explicamos de qué se trata cada una!
Este es el tipo de pubertad precoz que ocurre cuando se presentan anomalías en el cerebro. Es mucho más común en niñas que en niños y se puede dar por tumores o infecciones cerebrales.
En este tipo de pubertad precoz, la anomalía no se encuentra en el cerebro, si no en los genitales, generando sobreproducción de hormonas sexuales ya sean inducidas a través de medicamentos, o por ciertos síndromes genéticos; incluso, el sobrepeso y la tiroides están muy relacionados con su aparición.
¡Cada tratamiento es individual y personalizado!, e incluso, puede ser que no se necesite ningún tipo de tratamiento; pero, como ya sabemos que todo esto es un tema hormonal, entonces el más común tiene que ver con bloqueadores de los receptores hipofisarios, lo que lograría que la producción de estrógenos y progesterona disminuya.
Este tratamiento se da por medio de una inyección mensual hasta que el médico lo indique.
Recuerda siempre asistir donde un profesional para tener una indicación específica en cada caso.
¡A tener paciencia y escuchar a profundidad! Esa es la receta para sobrevivir a la pubertad precoz. No juzgues a los niños, intenta comprenderlos y ayúdalos a entender todo ese mundo hormonal que están atravesando para que se sientan más tranquilos y confiados.
Busca el acompañamiento profesional necesario para que tanto tú, como ellos, logren comprender qué es lo que está sucediendo: estar de la mano de psicología y ginecología puede resultar súper valioso.
Haz de este proceso algo mucho más sencillo y llevadero para los niños; acompáñalos en lo que necesiten y prepárate para responder sus preguntas mientras experimentan todo este mundo que, sin duda, es muy desconocido para ellos.
Nosotras estamos para acompañar cada etapa de sus vidas y para ayudarles a comprender que el crecimiento es: ¡Normal y natural!
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